Otra pérdida enlutó al gremio gaitero. Luego de la desaparición de Freddy Riera y Ramón Castellano, el domingo 8 cerca de las 10 de la noche partió otros de los representantes de la música zuliana, que junto a solistas, furreros y tamboreros, llevó género musical regional por el estado y todo el país.
Ramón Quintero, menor de 5 hermanos, era inquieto por la música que apasiona a los zulianos. Su sobrina, Alba Márquez Quintero, cuenta que la prioridad de la madre del gaitero era que culminara sus estudios de Contaduría, lo cual logró, pero tiempo después se encaminó hacia la dirección de este género musical que lo llevó a involucrarse de lleno en el ámbito gaitero.

Alba Márquez Quintero
Quintero impulsó el género de la gaita desde Caracas, donde estaba radicado hacía aproximadamente 25 años, y donde formó a su familia, de la cual surgió un hijo.
Otro de los sobrinos del difunto, Alirio Márquez Quintero, cuenta que hace casi 6 meses su tío sufrió un accidente cerebro vascular (ACV) en Caracas, y que también tenía una afección en los pulmones.
Quería morir en Maracaibo“A raíz de la enfermedad decidió regresar a Maracaibo para tratarse”, comentó su sobrino, pero su hermana, Alba cree que “quería morir en Maracaibo”.
Por curiosidades del destino o por voluntad divina, Ramón Quintero partió el día en el que se festejaba al Gaitero Venezolano, día además en el que además se cumplía otro año de muerte su compañero y compadre, Ricardo Aguirre.
Una de las anécdotas que rodean a este personaje de la gaita, es que aunque dirigió agrupaciones gaiteras, tocaba las maracas sin pepas: simulaba que las tocaba, porque no sabía cómo hacerlo, relató su sobrina.

Germán Ávila
Uno de los compañeros de Quintero, Germán Ávila, lo recuerda con afecto después de conocerlo durante 40 años. Trabajaron juntos durante otros 11 en El Saladillo de Ramón Quintero, agrupación de la que era solista.
Mientras vivió en Caracas, Quintero se destacó también por su participación en un reconocido establecimiento público, Hawaii Kai, en donde creó una nueva manera de animar, cuenta Ávila.
“Ramón tenía unos slogans que la gente pedía”, hasta los mismos mesoneros, recuerda sonreído que le decía “el gordo Quintero”. Frases como “upa”, “pégale”, quedarán en la memoria de quienes lo conocieron o tuvieron la oportunidad de ser cercanos al gaitero.

Alirio Márquez Quintero
Su vida y trayecto serán recordados por amigos y familiares, quienes lloran y sienten la pérdida de alguien quien lucho por representar la gaita y que como dijo Ávila, “murió cuando tenía que morir, el día del gaitero”.
Los servicios velatorios de Ramón Quintero se realizan en la capilla velatoria Sercompreca, y será enterrado mañana a las 9 de la mañana será enterrado en el Cementerio San José, conocido también como el cementerio redondo.